El fotógrafo y diseñador José Javier Serrano (Donostia, 1981), más conocido artísticamente como Yosigo, ha conseguido una nueva forma de mirar y de afrontar paisajes y lugares que habitamos cotidianamente, a los que muchas veces somos incapaces de sustraer su valor y fortaleza estética.
Yosigo logra con sus fotografías dar un giro a lo que “normalmente vemos” y llevarnos a su inconfundible terreno y particular visión del entorno. Su pasión por la fotografía no esconde otra pasión más (también forma de sustento): el diseño gráfico. Es por esto que la simetría se refleja en la mayoría de sus fotos, dispuesta principalmente por la arquitectura de los edificios y la composición armónica de los elementos que utiliza.
En Thalamus nos encanta Yosigo por esa visión fotográfica, tan ordenada, que parece que quiera recoger esos instantes de silencio y soledad para huir del caos que tanto producimos. Observar su fotografía es como estar en el centro de una gran ciudad con tapones en los oídos y mirando el cielo.


No paso más de un par de horas en una playa para hacer fotos. No tengo paciencia, y cuando tengo lo que quiero, me voy. Admiro mucho a la gente con infinita persistencia, entiendo que se consiguen cosas maravillosas con eso. Yo soy más impulsivo y dos horas para mí ya es muchísimo tiempo. Además, no uso crema y siempre acabo quemándome los brazos y la cara.


El orden y el equilibrio en una imagen, me dan cierta tranquilidad.
Siempre he sentido fascinación por las cámaras, pero es cuando apareció lo digital y su enorme capacidad para la prueba y el error constante, que me hice amigo de ellas. Hasta entonces lo intenté, pero era mal alumno y todos esos números de obturación y diafragma me parecían matemática avanzada.


